11 de Septiembre

La escuela
que nos gusta
Les vamos a confesar qué escuela nos gusta: nos
gusta la escuela que no discrimina a nadie, la escuela en donde puedo escuchar
a mis alumnos hablando guaraní, quechua, aymara, castellano, nos gusta que los
colores de piel de los que estamos acá sean todos distintos, me gusta que
algunos coman asado o chuño, que algunos escuchen tango y otros rock y otros
chamamé. Nos gusta que la escuela sea gratuita, que la financie el estado y
nadie más, que se pueda ingresar a ella por el sólo hecho de vivir en la
Argentina, que los docentes ingresemos a ella porque tenemos los méritos
suficientes para hacerlo. No nos gusta la escuela que elige a los chicos que
pueden pagar una cuota, no nos gusta la escuela que elige a los maestros porque
piensan parecido a los dueños de la escuela, no nos gusta la escuela que
discrimina porque uno no cree en dios y otro sí.
Y nos gustan gustan los maestros que opinan, que no
se callan si creen que su escuela, la escuela pública, esa escuela que hacen
todos los días se está cerrando arbitrariamente desde este o aquel gobierno.
Vamos a ser más claro: la escuela no es de ningún gobierno, la escuela es
pública, es de los chicos, de los docentes y de las familias. A ellos como
docentes les debemos todo nuestra capacidad para enseñar, a nadie más.
Por último, queremos decir, y repetir, que los
docentes hacemos política todos los días en la escuela: cuando decimos que la
conquista española fue un genocidio contra nuestros pueblos originarios y no un
encuentro pacífico de culturas, cuando preferimos que los niños aprendan a
pensar qué es lo que hacen cuando dividen 23 por 8 en vez de enseñarles a
llegar al resultado correcto como si fuesen calculadoras, cuando les leemos un
poema de Federico García Lorca y les contamos que a este poeta lo mató una
dictadura por pensar, querer y actuar distinto: hacemos política. Nos paramos
frente a la realidad de una manera para compartirla y enseñar a interpretarla.
Y, ojo, si hacemos lo contrario, si nos callamos por miedo al “qué dirán”, si
enseñamos a pensar como calculadoras, si creemos que somos neutrales, también
hacemos política.
En sentido, va nuestro profundo reconocimiento a
todos los docentes que día día defienden la escuela publica.