Tenemos derecho a tener derechos....


Un poco de Historia

A fines del siglo XIX los trabajadores organizados en diferentes sindicatos comenzaron a reclamar por “8 horas de trabajo, 8 horas de sueño y 8 horas de ocio”. Encontraron fuerte resistencia en los empresarios y gobiernos. En ese contexto, en 1886 comenzó una huelga en Chicago exigiendo el respeto a la jornada de 8 horas. Esta huelga no solo fue duramente reprimida, sino que muchos de los dirigentes obreros fueron encarcelados, juzgados con acusaciones falsas y finalmente condenados a la horca. Ellos serán conocidos como los “Mártires de Chicago” y en su recuerdo el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en Paris en 1889, estableció el 1 de mayo como el Día Internacional del Trabajador.
Desde aquellos años los trabajadores comenzamos a estar más organizados y continuamos reclamando nuestros derechos. Gracias a grandes luchas (y no a regalos de ningún gobierno) fuimos logrando algunas conquistas; en la Argentina primero las 8 horas de trabajo, el reconocimiento de los sindicatos por parte del gobierno y los patrones, más adelante la jubilación, el aguinaldo, el derecho a las obras sociales, los seguros de trabajo, etc.
En las décadas del 60 y 70 los trabajadores nos organizamos cómo nunca lo habíamos hecho en la Argentina y comenzamos a luchar desde nuestros lugares de trabajo por sostener las mejoras acordadas y por lograr nuevos derechos. Sin embargo, nuestros reclamos no terminaban allí.  Junto a otros sectores sociales buscábamos construir otro tipo de sociedad, una sociedad igualitaria, solidaria, donde los hombres no vivan de la explotación de sus semejantes. Pero nuestro proyecto quedo truncado. Después llego la dictadura, la caída del salario, la desaparición de muchos compañeros, la imposibilidad de tener comisiones internas y delegados en los lugares de trabajo, sin duda la dictadura fue nuestra época más oscura, recuperarnos nos costaría años…
Durante la democracia mejoraron algunas cosas, pero otros se mantuvieron igual. Nuestros salarios siguieron siendo bajos, sufrimos la hiperinflación, la reforma laboral y la devaluación. Con el tiempo algunos sectores de trabajadores lograron conquistas que mejoraron su situación, pero muchos otros seguimos estando muy complicados. Casi el 40% de los trabajadores trabajamos en situaciones precarias, esto significa que nuestros trabajos son inestables, con sumas parciales o totales en negro, con derechos anulados, con la posibilidad de que nos despiden en cualquier momento. Por eso hoy una de nuestras luchas más importantes es terminar con la precarización laboral y lograr que las conquistas laborales que costaron tantos años de luchas y sacrificios sean para todos y todas…


¿Y los docentes como andamos?

Los trabajadores de la educación no estamos ajenos a este proceso general de precarización que se viene desarrollando en nuestro país en los últimos años. Pensemos en algunos ejemplos. Nuestro salario básico representa solo el 50% de nuestro salario total o de bolsillo, el resto está formado por sumas en negro o en gris (sumas no remunerativas, no bonificables, etc.). También pensemos en las dificultades que venimos teniendo para titularizar, esto implica que muchos de nosotros trabajamos como suplentes o provisionales, lo que implica condiciones de inestabilidad (solo el titular tiene estabilidad). Otro ejemplo de precarización se manifiesta en nuestra labor cotidiana, como no existen los nombramientos necesarios para todas las necesidades que existen en nuestras escuelas, en muchas ocasiones debemos hacernos cargo de la escuela, atender padres para consultas, llenar planillas, debiendo abandonar nuestro curso y nuestra tarea para la cual fuimos formados: el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por todos estos motivos, que tienen que ver con el salario y con nuestras condiciones laborales, consideramos que la precarización laboral también está presente en las escuelas y se ha extendido los últimos años.

Pero… ¿Cómo luchamos contra este problema?

Los trabajadores de la educación (como todos los trabajadores) debemos reconocer nuestra capacidad de cambiar la realidad, transformar el mundo donde vivimos, pensar tanto en las pequeñas como en las grandes transformaciones, por ello debemos organizarnos tanto en nuestro sindicato como en nuestro lugar de trabajo y desde allí luchar día a día para mejor nuestras condiciones de trabajo, superar las diferencias, charlar los problemas con el resto de los compañeros, elegir delegados, reclamar, participar y organizarnos…no debemos naturalizar las situaciones que nos afectan…debemos luchar colectivamente por transformarlas!!!

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