Vamos a hacer...lo que será.


"Si mucho vale lo ya hecho, ... mucho más
tenemos que hacer.


El trabajo sindical no son un conjunto de técnicas que, si son bien aplicadas, pueden dar buenos resultados. No es la repetición nostalgiosa de prácticas y actividades ya hechas en el pasado. En el trabajo sindical de base no tenemos que "llenar la cabeza". La persona abraza la causa porque se convence de que ella es justa. Entonces, la forma de tratar a las personas debe corresponderse con el objetivo que queremos lograr.

El trabajo Sindical de base es rescatar una estrategia. Es un camino de lucha y de organización de los trabajadores en el conocimiento y en la solución de los desafíos individuales y colectivos.

El trabajo sindical de base es una pasión asumida por sujetos que se entregan a sus sueños. Es una pasión indignada contra cualquier injusticia y una ternura por todos los que se disponen a una construcción solidaria. Ese modo apasionado de creer en el pueblo y de multiplicar invade el corazón de los luchadores de la causa popular.

La práctica multiplicadora se sostiene cuando mantiene los pies sobre la tierra y la cabeza en los sueños. Consigue victorias cuando articula las luchas económicas con las diferentes luchas políticas y sociales. Es un trabajo sindical de base cuando echa raíces en el alma de las Escuelas que es la base para la Defensa de la Escuela Publica. Por este motivo siempre renace y se reproduce. El Suteba NO es un espacio para los trabajadores. Es de los trabajadores. Los y las docentes tienen que sentirse parte de esa construcción y compañeros de una misma marcha. Por eso, el trabajo sindical de base se organiza ahí donde los docentes trabajan, en LA ESCUELA.

Es participar en la construcción de un modo de vivir sin la marca de la dominación, el entusiasmo en esa convicción contagiante. Esta forma de hacer política da resultado porque tiene su aliciente en las convicciones, Vuelve la política en una actividad sensible, comprometida y creativa. Este es el secreto, que sembrado en el alma, motiva al docente para dedicarse a realizar el proyecto popular, cueste lo que cueste. La fe en la vida, el amor por el pueblo, el sueño de libertad componen la fuerza interior que impulsa a los docentes. Pero siempre con la alegría de vivir, la disposición para la lucha, la esperanza sin ilusiones, el canto, los símbolos, la belleza de la naturaleza, las celebraciones y sobretodo, el compañerismo. Estas convicciones y actitudes, individuales y colectivas revelan, desde ya, el sabor de la convivencia solidaria que soñamos para todos…para la construcción de un nuevo sindicato y una nueva sociedad.